El poder del asombro

Por Mª. Ángeles Martín, directora del colegio mayor Roncalli y profesora de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente en la Universidad Rey Juan Carlos

“Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentarme solo a los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar y para no descubrir cuando tuviera que morir que no había vivido” (Thoreau, Walden)

Thoreau fue uno de los escritores norteamericanos más inspiradores del movimiento conservacionista. Un movimiento que en su origen apuntaba que el buen humanista era aquel que valoraba el respeto a la naturaleza. Un amor a la naturaleza que a Thoreau le surgió mediante un acontecimiento familiar, comunitario, en un pueblo, Concord, en la costa este de EEUU, muy activo intelectual y socialmente en el siglo XIX. Quiero recalcar que surgió el movimiento ambientalista a través de una comunidad de personas que tenían inquietudes por conocer. Tomar conciencia de la importancia de cuidar la naturaleza excede a formulismos o imposiciones y sólo a través de un entorno comunitario se puede entender.Precisamente por ello, creo que uno de los mejores entornos para aprender son los Colegios Mayores. De ahí que me refiera a Thoreau, porque sigue inspirando a la comunidad particular del CMU Roncalli: la conciencia de la belleza de lo creado.

Ecofriendly (vídeo): descubrir la grandeza en compañía.

En el Roncalli queremos fomentar el gusto por la vida y esto pasa principalmente por despertar el sentido del asombro. Porque sólo a través del asombro el conocimiento se siente interpelado y, por tanto, nos lleva a la acción. También el asombro se mueve plácida y confiadamente en la dinámica de la comunidad, como apuntaba una mujer grande del movimiento conservacionista, Rachel Carson, puesto que necesita “con quien poder compartirlo, redescubriendo la alegría, la expectación y el misterio del mundo en que vivimos”.

En los colegios mayores podemos tener mucha compañía gracias a la diversidad de caracteres e intereses de los estudiantes que los conforman, y que constituyen el espacio propicio para aprender.

Este es el método que proponemos en el Roncalli: descubrir la grandeza de la realidad en compañía. Así, poco a poco, han ido surgiendo iniciativas que quieren ser coherentes y unitarias para que el aprendizaje personal no sea pasajero.

A algunas colegialas les mueve reducir y reciclar para que la huella ecológica  sea menor, otras buscan tener contacto con la naturaleza en la montaña o cultivando el huerto. Entretejiendo los distintos intereses buscamos que haya un mismo sentir, de manera que aquellas que tienen inquietudes más sociales puedan generar un movimiento coherente, por ejemplo, ampliando la actividad del huerto y convirtiéndolo en una iniciativa solidaria para compartir la cosecha con las personas sin hogar.Del mismo modo las colegialas con interés por la lectura promueven un seminario de literatura y naturaleza.

Así, espontáneamente se ha constituido el grupo denominado “ecofriendly”, que mantiene viva la conciencia sostenible del Mayor. Una sostenibilidad que se concreta también en cada reforma efectuada en el edificio para buscar la eficiencia energética. Tal y como hizo Thoreau en sus años de juventud, nuestros estudiantes realizan un viaje. En la comunidad de los Colegios Mayores estamos también para descubrirles que proteger el medio ambiente no es una moda ni solo una obligación por necesidad ante el deterioro ambiental, sino para no perder lo esencial que la vida tiene que enseñar.

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