Teatro colegial: Saber comunicarnos a día de hoy es algo que vale su peso en oro

Miro atrás y ya son 8 años, a punto de empezar el noveno, impartiendo teatro colegial. Disfrutando mientras enseño, juego y (también yo) aprendo.

Escrito por Ángel Velasco

Rápidamente pienso en la maravillosa suerte que tenemos cuando las instituciones colegiales nos brindan esta oportunidad. Para mí, actor profesional, es un ejercicio de estupenda humildad entender que cada año mis alumnos se superan encontrando la manera de comunicar de la forma más natural desde lo sencillo. De verdad. Desde lo que son cada uno de ellos. Desde sí mismos.

Y para ellos me consta que es exactamente lo mismo, pero al revés.

Saber comunicarnos a día de hoy es algo que vale su peso en oro. En la era de la comunicación hemos desvirtuado tanto el concepto que ahora cualquiera “se comunica” pero pocos consiguen “comunicar” (sin el reflexivo, se entiende).

El teatro hace una gran labor en cada uno de est@s estudiantes. Mientras que se esfuerzan por aprender la ciencia de sus carreras están practicando en la manera de comunicar. De transmitir. ¡En la sociedad de la comunicación!

Pero además me doy cuenta de que también el concepto “sociedad” no es tan fácil de construir con peso y con verdad. Es tiempo de redes sociales y de un contacto muy ficcionado con las personas que nos rodean. Y en este período los grupos de teatro hacen un trabajo vital. Los participantes se unen, trabajan en equipo y afianzan conceptos básicos como la confianza total en el compañero que tienen a su lado.

Se trabaja en una microsociedad que solo es firme y efectiva con el trabajo de todos. La función de teatro no saldrá si tan solo uno de los participantes falla. Cada uno de ellos y ellas son vitales, tengan el peso dramático que tengan, el grupo es el equipo y el equipo es UNO.

Pero para llegar a ese punto primero han tenido que realizar un viaje de autoconocimiento como grupo, como familia, disfrutando y potenciando las virtudes de cada uno y soliviantando entre todos los defectos que todos tenemos. Enseñando y aprendiendo a la vez. Como un equipo.

Además, la creación de personajes exige la “defensa a ultranza” de los propios personajes… ¿Por qué digo esto? Pues porque es muy fácil defender los motivos que mueven a tu personaje a hacer lo que hace cuando te toca “el bueno”… pero ¿y si tienes que interpretar a “el malo”? Entra en juego la empatía y el trabajo de justificación. La comprensión de cada personaje en todas las esferas nos acerca mucho a entender a los demás en la vida cotidiana, a ser más tolerantes. A pensar dos veces antes de accionar.

Y no podemos olvidarnos del “show must go on”… pase lo que pase, el espectáculo debe continuar y también es un ejercicio de concentración. Requiere mucha práctica poder solucionar los problemas en directo. Pero es que así es la vida también ¿no?

Cada uno de estos escalones los vamos pisando a través de una escalera anual de ejercicios interpretativos, expresivos, grupales, trabajo con el texto, preparación de un proyecto escénico común, actuaciones en directo… Un viaje, sí. Un viaje divertido, emocionante y muy educativo para todos. Eso hacemos cada año.

En resumen, capacidades comunicativas, trabajo de expresividad, creatividad, trabajo en equipo, empatía, capacidades de improvisación frente a los posibles problemas de “la vida en directo”…todo esto nos lo regala la actividad de teatro desde hace ya cerca de 10 años.

Y ahí seguiremos, gracias a la iniciativa de los colegios mayores.

No podemos más que dar las gracias. ¿No? 🙂

Gracias.

Ángel Velasco es actor profesional. Desde hace ocho años imparte teatro colegial y dirige las obras de Teatro de la Compañía CM Roncalli – CM Mendel. Para conocer más sobre Ángel clica en su foto: